Buscar objetividad en la descripción de hechos

Cuando ha surgido un malentendido, en lugar de interpretar lo que el otro ha hecho o su intencionalidad, podemos describir lo que ha pasado. Por ejemplo: “Yo estaba jugando con la bici y de repente me la han cogido”, en lugar de decir “me has quitado la bici”. 

Describir lo que hemos sentido

Podemos verbalizar lo que se nos ha pasado por la cabeza o las emociones que hemos experimentado para que la otra persona se pueda poner en nuestro lugar. “Me ha sorprendido y me han entrado ganas de llorar porque me he puesto triste. Lo estaba pasando muy bien.”

Respetar el turno de palabra de la otra persona

Cuando hemos expresado lo que ha pasado y cómo lo hemos vivido, es importante dejar espacio para que la otra persona dé su versión de los hechos. Esto es importante para conseguir actuar de manera conciliadora y entender la otra parte.

Expresar nuestros deseos

Para poder seguir un enfoque en soluciones, podemos añadir lo que esperábamos o lo que nos haría sentir mejor. Por ejemplo: “Entiendo que la querías utilizar, aunque me hubiera gustado que me la pidieras por favor.”

Llegar a un acuerdo

Si la persona con la que hablamos se siente capaz de comprometerse a actuar así a la próxima, o se consigue encontrar un punto medio (hacer turnos para compartir la bici cuando ambos la quieran utilizar), la comunicación habrá sido efectiva y comunicar nuestros deseos habrá servido para que la otra persona nos comprenda y viceversa.

En un aula Montessori, suele haber un espacio en la clase conocido como la mesa de la paz o la peace table. Es un lugar al que los peques pueden acudir cuando ha surgido un conflicto. Aunque se puede personalizar, normalmente solo es necesario incluir un objeto (en muchas ocasiones es un pequeño jarrón con flores) que permita utilizarse para pasar el turno de palabra. Esto ayuda a los peques a regularse, a desarrollar la escucha activa y a respetar los momentos en los que pueden intervenir. En ciertos momentos, sobre todo cuando todavía están aprendiendo el funcionamiento, requieren de la intervención del adulto para dirigir la conversación, establecer los turnos y proponer soluciones comunes, pero una vez lo entienden hacen uso de ella autónomamente. Saben que pueden acudir en cualquier momento y cuando un peque le comenta a otro que algo le ha molestado, este segundo sabe que es importante acudir y ver lo que ha pasado para resolverlo. En las aulas de Primaria puede haber un lugar específico para ello o no, pues más que el espacio necesario, lo importante es que la conversación tenga lugar y sus habilidades comunicativas están más desarrolladas. A veces con buscar un lugar un poco más íntimo es suficiente. En las reuniones familiares, unas de las dinámicas propuestas por la disciplina positiva, se utiliza también un objeto que se decide en la familia para establecer los turnos de palabra.

Por si quieres trabajar el concepto de la asertividad y de la comunicación no violenta con tu peque, me gustaría proponerte el libro de “Con mis palabras”, de Cristina Tébar. En él se explican los pasos a partir de un caso práctico y la información está muy bien adaptada para la comprensión de los pequeñitos. 

Si te ha interesado el tema y quieres conocer otra actividad para expresar lo que nos gusta y lo que no con los peques, házmelo saber y haré una publicación sobre ello. Si te ha gustado el post, agradecería que le dieras like ❤️ o lo compartieras con alguien a quien pensaras que puede ayudarle. 📩 Si tienes alguna duda, estoy encantada de leerte 😊 ¡Hasta la próxima! 👋🏻