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Cómo es una clase Montessori. Las claves de la metodología.

Laura

17 sept 2023

¡Hola, hola! Para comenzar, me gustaría ponerte un poco en contexto sobre cuáles fueron los inicios de esta filosofía. La pedagogía Montessori es un enfoque educativo que nació a principios del siglo XX. Después de graduarse en medicina en 1896, Montessori se convirtió en una de las primeras mujeres en Italia en obtener un título de doctora en medicina. Posteriormente, trabajó en el campo de la psiquiatría y se interesó especialmente en el desarrollo de niños con necesidades especiales. En 1907, María Montessori fundó la primera "Casa dei Bambini" (Casa de los Niños) en un barrio empobrecido de Roma. Le dio la posibilidad a peques que no podían escolarizarse y creó una escuela infantil reproduciendo el modelo de una casa, por ello el nombre. Montessori transformó el ambiente, adaptando muebles y materiales para que fueran accesibles a los niños y diseñando actividades específicas para estimular su aprendizaje. En aquel momento, que los niños y niñas tuvieran muebles a su medida era totalmente revolucionario. 


El éxito fue notable. Los niños demostraron una asombrosa capacidad para aprender y desarrollarse de forma autónoma. Esto llevó a una rápida difusión del método Montessori, tanto en Italia como en el extranjero. El hecho de pensar en los peques como el centro del aprendizaje y partir de sus necesidades, sumado al carácter científico de la doctora y a querer encontrar una manera de satisfacerlas, la llevó a centrarse en la relación de los niños y niñas con el mundo, sobre todo en la etapa de 3 a 6 años, y con ello acuñó un concepto denominado la mente absorbente.


Esta se refiere a la extraordinaria capacidad que tienen los niños, especialmente durante los primeros seis años de vida, para absorber y asimilar información del ambiente que los rodea de manera inconsciente y sin esfuerzo aparente. Montessori observó que los niños pequeños tienen una disposición innata para aprender y explorar el mundo que los rodea de forma intensa y profunda. Esta capacidad de absorción es similar a una esponja que absorbe agua. Los niños absorben no solo conocimientos académicos, sino también valores, actitudes y habilidades sociales. Este proceso de absorción es impulsado por la curiosidad natural de los niños y su deseo de comprender el mundo que los rodea.


La comprensión de la mente absorbente tiene implicaciones profundas en la forma en que se estructura el ambiente y se guía la educación Montessori. Los primeros años de vida son cruciales para establecer las bases de un aprendizaje autónomo y significativo a lo largo de la vida del niño. Por lo tanto, se busca proporcionar un entorno que nutra y aproveche al máximo esta capacidad de absorción, fomentando así un aprendizaje profundo y duradero. La doctora también descubrió, a través de la observación, que la necesidad de movimiento de los más pequeños y de utilizar sus sentidos a la hora de relacionarse con el entorno tenía que cubrirse diseñando cosas y materiales para los que hiciera falta el uso de las manos. Así pues, una de sus frases más representativas es “lo que la mano hace, la mente lo recuerda”. 


Analicemos un triángulo que he comentado en otras ocasiones. Los tres vértices se componen de: ambiente preparado, el niño o la niña, y adulto preparado. Empecemos con el ambiente preparado. Está diseñado meticulosamente para fomentar la independencia, la exploración y el aprendizaje autodirigido. Aquí están algunas de las características clave del ambiente preparado Montessori:

  1. Orden y organización: El ambiente está organizado de manera que todo tenga un lugar específico y sea fácilmente accesible para los niños. Esto les permite desarrollar un sentido de orden y responsabilidad. Al hablar de Montessori, nos vienen a la mente las típicas estanterías descubiertas, con distintas bandejas, organizado por áreas, etc. Los espacios están pensados para que haya libertad de movimiento pero no inviten a correr por la clase, incorporando elementos frágiles para darles libertad de usar cosas reales pero también con la finalidad de que sean responsables y hagan un buen uso de ellos, etc. 


  2. Materiales Montessori: Los materiales son cuidadosamente seleccionados y diseñados para ser sensoriales y, en el caso de la etapa de Educación Infantil o Casa de niños, muchos auto-correctivos. Esto significa que un peque puede estar trabajando de manera independiente y, gracias a lo intuitivos que son, darse cuenta del error sin que el adulto esté a su lado. 

  1. Libertad de elección: Los niños tienen la libertad de elegir las actividades que desean realizar en un momento dado. Esto fomenta la toma de decisiones independientes y la responsabilidad por su propio aprendizaje. En esta línea, la mayoría de materiales no están repetidos en clase, sino que tenemos uno. Así pues, si un compañero está trabajando con algo que de repente me apetece a mí usar, tendré que trabajar la paciencia, esperar a que la persona termine y lo devuelva a su sitio, o practicar mis habilidades sociales y preguntar si me puedo unir, o tomar el material prestado, etc. 


  2. Ambiente cuidado y que desprenda belleza. El espacio está diseñado para ser atractivo y agradable, con colores suaves y materiales naturales que invitan a los niños a explorar y crear.


  3. Relación con la naturaleza: Se incorporan elementos naturales siempre que sea posible, como plantas, madera y otros materiales orgánicos. Se valora el tiempo al aire libre y se fomenta la conexión con la naturaleza. En algunos lugares también se tienen mascotas y el cuidado de estas es una responsabilidad añadida para los peques. 


  4. Independencia y autonomía: El ambiente está diseñado para permitir que los niños realicen tareas por sí mismos, como vestirse, preparar alimentos y cuidar de su entorno. Esto está estrechamente relacionado con la libertad y los límites, y es algo que podemos extrapolar en casa. Si quieres ejemplos más profundos sobre esto y todavía no te has suscrito al hilo de emails, aquí te dejo ejemplos más detallados. Los peques pueden moverse libremente por la zona y escoger qué tareas llevar a cabo, siempre y cuando cumplan con las normas de andar cuidadosamente, recoger los materiales, hablar bajito…


  5. Respeto por el ritmo individual: Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño, lo que significa que algunos pueden estar trabajando en actividades similares pero a diferentes niveles de complejidad.


  6. Ciclos de trabajo largos. En las aulas Montessori, se dedica un tiempo aproximado de 3 (o hasta 4 horas seguidas en el caso de Primaria) a estar en el ambiente y elegir los trabajos. Esta idea está alineada con la del respeto de las individualidades. Cada persona tiene sus ritmos y no todo el mundo se concentra a la vez, por lo que iniciar y finalizar las clases y marcar unos tiempos determinados puede hacer que algunos peques no se encuentren tan receptivos en ese momento como en otros.

Los ciclos de trabajo suelen pasar por diferentes fases: inicio de la actividad, donde el o la peque suele mostrar curiosidad hacia un material y elige trabajar con ello; concentración profunda, cuando se compromete con ella y se absorbe en la tarea. La duración de esta dependerá de la actividad en sí, de las necesidades del peque y de su capacidad de concentración. En tercer lugar, se da la finalización de la tarea: cuando se sienten satisfechos o terminan con lo que habían escogido, pueden recoger y volverlo a su lugar. Tras este paso, algunos se toman un periodo de reposo o calma, puede que por elección o por necesidad. Esto puede intercalarse con momentos de lectura de libros, de hacer algo de arte, o cualquier actividad que requiera un mayor uso de las manos pero un descanso cognitivo, como tareas de vida práctica como ponerse el almuerzo, limpiar una mesa, etc. Tras este breve descanso, pueden elegir una nueva actividad, repetir o extender la anterior, etc. El perfeccionamiento es una de las tendencias humanas, de las cuales hablaré en otro momento. Cuando un peque necesita repetir algo una vez tras otra, esto nos dice que está adquiriendo una habilidad y siente que todavía no la ha consolidado (como por ejemplo subir y bajar escaleras solo por el hecho de hacerlo). Llegará un momento en el que sienta que ha tenido bastante, que lo ha absorbido, y pasará a mostrar interés por otra cosa. Por último, durante estos ciclos de trabajo, los niños también tienen la oportunidad de interactuar socialmente. Pueden observar el trabajo de otros, colaborar en actividades grupales o compartir sus propias experiencias.

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En segundo lugar, otra parte del triángulo es el niño/a. Por supuesto, en esta pedagogía son los que marcan el ritmo y los protagonistas de su aprendizaje. Sin embargo, creo que está bastante extendido que estos peques pueden hacer lo que quieran en clase, y esto no es verdad. Algunos de los pilares que podemos tener en cuenta son los siguientes:

  1. Colaboración y ayuda mutua: Los niños Montessori tienden a colaborar entre sí de manera natural. Pueden trabajar juntos en una actividad, compartir ideas o ayudarse mutuamente si surge alguna dificultad. Esta colaboración promueve un ambiente de apoyo y comunidad. Además, debido a la mezcla de edades en el aula (grupo de 3 edades diferentes), están acostumbrados a asumir distintos roles cada año (descubrir cosas nuevas y dejarse ayudar, comenzar a controlar el terreno y a ayudar a los pequeños e inspirarse por los mayores, y ser el modelo que los demás siguen). 


  2. Respeto por el espacio y el trabajo de los demás: Los niños aprenden a respetar el espacio y el trabajo de sus compañeros. Aprenden a moverse de manera tranquila y consciente para no interrumpir a otros en su concentración. Como hemos dicho, un peque no puede acceder a un material si no está libre, y si ve que otro compañero/a lo tiene, tendrá que respetar los turnos e interaccionar de manera apropiada para conseguir su objetivo. 


  3. Comunicación clara y paciente: Los niños aprenden a comunicarse de manera efectiva y respetuosa. Si desean participar en una actividad que otro niño está realizando, aprenden a esperar pacientemente y a pedir permiso de manera cortés. Suelen estar acostumbrados a usar un tono de voz apropiado para dentro del aula y a esperar su turno para que la guía los atienda.


  4. Desarrollo de habilidades sociales: La interacción en un ambiente Montessori contribuye al desarrollo de habilidades sociales, como la empatía, la resolución de conflictos y la comprensión de diferentes perspectivas. Al convivir y colaborar con otros niños, aprenden a entender y respetar las necesidades y emociones de sus compañeros. Desarrollan empatía y se vuelven sensibles a las necesidades de los demás.


  5. Fomento del trabajo individual y en grupo: Aunque se fomenta el trabajo independiente, también se proporcionan oportunidades para actividades en grupo. Esto permite que los niños aprendan a trabajar en equipo y a valorar la diversidad de habilidades y perspectivas. Al poder elegir en muchas ocasiones la compañía del trabajo, también tienen la posibilidad de conocer a personas con intereses similares a los suyos. 


  6. Disciplina y buen uso de su libertad. En el aula Montessori se ponen normas de acuerdo a las necesidades de las personas. Por ejemplo: mostrar buenas maneras al comer en grupo, moverse despacio para no romper la concentración de los demás, escoger trabajos que sean de un nivel apropiado… (por ejemplo, ellos saben que si quieren un material del que no han recibido la presentación, o introducción, se lo deben pedir primero a la guía). 

Como último pilar, me gustaría destacar el del adulto preparado. En muchas ocasiones he oído a personas que se piensan que los materiales Montessori son mágicos y que tener una clase bonita hace todo el trabajo. Sin embargo, el rol del adulto y el desarrollo emocional de esa persona pueden cambiar por completo el ambiente. En un aula Montessori suelen encontrarse dos personas, guía y asistente. Algunas de las características necesarias en estas personas son:

  1. Observación. El adulto en un ambiente Montessori está entrenado para observar y comprender las necesidades, intereses y ritmo de cada niño. Esto implica una observación constante y reflexiva para proporcionar el apoyo adecuado. Solo si nos paramos a mirar, sin juicios y sin deducciones erróneas de lo que está pasando, podremos buscar soluciones reales que ayuden a nuestros peques. Por ejemplo: si vemos que un peque nunca acude por sí mismo al área de matemáticas, podremos entender que igual tiene un bloqueo emocional hacia esa área e invitarlo a ir acompañado de nosotras.


  2. Respeto y confianza en los/as niños/as. Los adultos Montessori creen en el potencial del niño como individuo competente y capaz de aprender y explorar por sí mismo. Confían en la capacidad del niño para tomar decisiones y aprender de manera independiente, y entienden que no todos tienen los mismos ritmos ni preferencias de aprendizaje. Aunque se fomenta la independencia, los adultos están ahí para brindar apoyo y guía cuando los niños lo necesitan. Esto puede incluir responder preguntas, ofrecer aclaraciones o proporcionar sugerencias.


  3. Preparación del ambiente. Los adultos tienen la responsabilidad de preparar y mantener el ambiente Montessori. Esto incluye asegurarse de que los materiales estén en buenas condiciones, que el espacio esté ordenado y que los elementos del ambiente estén disponibles y accesibles para los peques.


  4. Presentación de Materiales. Los adultos Montessori están entrenados para presentar los materiales de manera clara y precisa, demostrando su uso correcto. Luego, permiten al niño explorar el material por sí mismo. Por supuesto, aunque los peques tengan sus tiempos para escoger cosas y tomar decisiones, la figura educativa del adulto, el conocer el currículum e ir presentando cosas nuevas es una parte fundamental del día a día. 


  5. Fomentar la autonomía. Los adultos en un ambiente Montessori alientan a los niños a tomar decisiones y asumir la responsabilidad de sus acciones. Esto se logra al permitir que los niños elijan sus actividades y tomen decisiones sobre su trabajo.


  6. Cultivar un ambiente de respeto y comunidad. Los adultos crean un ambiente en el que se valora el respeto mutuo, la empatía y la colaboración. Fomentan la construcción de una comunidad en la que cada niño se siente valorado y respetado. Apoyarse en la sabiduría y la confianza de los peques más mayores es una de las dinámicas más positivas tanto para la guía como para los alumnos y alumnas. 


  7. Estimular la curiosidad y el interés. Los adultos Montessori buscan despertar la curiosidad y el interés de los niños al presentarles materiales y actividades que sean atractivos y desafiantes. Erróneamente, y de esto también hablo en los emails a los que puedes acceder de forma gratuita, se piensa que los peques eligen todo el rato. Sin embargo, no pueden gustarles cosas que no conocen, por lo que necesitan que alguien esté introduciendo nuevos conceptos y experiencias para poder tener acceso a ellas.


  8. Promover la resolución de conflictos de forma pacífica. Las personas de referencia ayudan a los niños a desarrollar habilidades para resolver conflictos de manera constructiva y pacífica. Fomentan la comunicación efectiva y el respeto por las opiniones de los demás. En Casa de niños utilizamos la herramienta de la mesa de la paz, un lugar donde pueden acudir cuando tengan un conflicto y mediar entre ellos. El adulto apoya y dirige siempre que se necesita, pero poco a poco se va retirando y dejando espacio, confiando en que los niños lo podrán resolver de manera independiente. 

En resumen, esta mezcla entre la curiosidad innata de los peques, un ambiente que se adecúe a sus necesidades y una persona que sepa observarlas, nos conduce a un entorno de aprendizaje fructífero, diverso y de conexión. Por supuesto que los retos son muchos día a día, y que no es nada fácil hacer un esfuerzo por darle a todos exactamente lo que necesitan, ni más, ni menos, pero ver la felicidad y disfrutar de los procesos merece la pena.

En otro post, si te interesa, hablaremos de niños con necesidades educativas especiales y los pros y contras que podemos encontrar en este tipo de aulas. Y si se te ha quedado alguna duda tras oír esto… ¡escríbeme y la resuelvo! ¡Ah! Y antes de irme, agradecería que lo compartieras con alguien  a quien pudiera ayudar. Millones de gracias. ¡Hasta la próxima!

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