Estas herramientas quitan toda importancia al proceso y se focalizan en fomentar la motivación extrínseca, lo que, usándose de manera excesiva, nos puede llevar a perder el foco en el momento en que no haya detrás que nos interese. La disciplina positiva y las pedagogías alternativas tratan de prescindir de todo aquello externo y se centran en el proceso de desarrollo y de aprendizaje, fomentando la escucha a nosotros/as mismos/as y a siempre pensar lo que estamos haciendo. En el momento en el que un peque está pendiente de terminar la tarea del cole antes de que suene la campana porque si no se va a quedar sin recreo, es imposible que este momento de aprendizaje sea productivo, atractivo o verdadero. ¿De verdad es beneficioso este link entre tener que terminar pronto y poder ir al patio? ¿Se ha llegado a un acuerdo previo y ambas partes están conformes con ello? ¿En el futuro esto va a conducir a que desarrolle sus capacidades y trate de hacer las cosas con cuidado y mimo…?

Las necesidades de los seres humanos

Jane Nelsen y Lyn Lott exponían las siguientes necesidades de todo ser humano: 

• Conexión antes que corrección (canales de comunicación abiertos)

• Entornos de respeto mutuo, amables y firmes a la vez (huir del miedo y de la culpa). Necesidad de coherencia y armonía.

• Que el adulto sea capaz de ver a los niños y niñas en el largo plazo, no instalándose en un resultado.

• Los niños necesitan habilidades para la vida.

• Necesidad de sentirse capaces y de que se lo demostremos. 

Las consecuencias lógicas como alternativas al castigo

El castigo no es una opción, porque no es respetuosa para ambas partes. Normalmente es impuesto y es parte de un abuso de poder, no de una búsqueda de soluciones conjuntas para que el núcleo familiar funcione mejor. La disciplina positiva siempre recomienda, como primera opción, el enfoque en soluciones (hablaremos de ello la próxima semana). Sin embargo, vamos a comentar las características que deben cumplir las consecuencias lógicas (4 Rs) y cuál es la diferencia con el castigo:

• Relacionadas. Una consecuencia es algo que sucede tras un hecho, por lo tanto, si pretendemos que a partir de una situación se genere un aprendizaje de vida, las ideas tienen que estar conectadas. ¿Qué tiene más sentido, que un peque se vaya a la habitación por no recoger y termine recogiendo papá, o que se encuentre la manera de que haga su tarea?

• Respetuosas. Todas las decisiones deben ser respetuosas para ambas partes. Si Miguel tiene que recoger sus juguetes porque es él el que los ha usado, no es justo ni que papá lo tenga que hacer por él ni que él recoja sus juguetes más los que ha estado usando su hermano.

• Razonables. Si Miguel tiene tres años y se nos ha ido de las manos el despliegue de juegos, sin aplicar ningún límite desde el lado adulto, y cuando es hora de recoger le pedimos que lo haga en dos minutos y sin ayuda… igual no es demasiado razonable. Estas consecuencias se deben ajustar a las capacidades y habilidades de cada uno, y no todos los días nos encontramos en la misma situación.

• Reveladas con anticipación. Para poder tomar decisiones, debemos ser conocedores previamente de lo que va a suceder. Si Miguel no sabe a qué hora tiene que terminar de jugar ni qué va a pasar después, no puede decidir porque no tiene la información. 

Pongamos un ejemplo: Imaginemos que Miguel está jugando, son las 13:30 y tienen que ir a comer a casa de la abuela a comer a las 14:00. Mamá estaba planchando, se le ha ido el tiempo y cuando se da cuenta le grita a Miguel para que recoja. El peque, con 3 años y sin entender mucho de relojes ni de la magnitud de recoger, está demasiado ensimismado y no le viene muy bien parar de jugar entonces. No atiende a la petición y mamá, enfadada, le grita y le dice que se tienen que ir, que lo deje todo en el suelo y ya recogerá ella pero que sepa que se ha quedado sin parque por la tarde. ¿Suena a castigo o consecuencia?

Ahora rebobinemos hacia atrás. Miguel sabe que solo puede sacar dos juguetes a la vez y debe recogerlos antes de utilizar otros, pero es demasiado jugoso y decide escampar unos cuantos más. Mamá se asoma a las 13:30 y le avisa de que le quedan 10 minutos de seguir jugando. Al ver que ha sacado muchos por el suelo, le recuerda la norma de casa y le recomienda empezar a recoger porque tienen que ir a casa de la abuela. Miguel sigue jugando. Mamá vuelve a los 5 minutos y deja a la vista el temporizador que los dos conocen para que él pueda ver cuánto tiempo queda. Le avisa de que cuando este llegue al final se tendrán que ir, y si no le da tiempo a recoger, tendrán que volver antes de irse al parque y usar tiempo de ocio para terminar la tarea. (Mamá puede ofrecerse a ayudarlo a recoger si así lo considera, y si no puede dejarlo por su cuenta). Miguel tiene toda la información y entonces decidirá lo que hacer, si pedir llegar a un acuerdo, si pedir ayuda, si hacerlo rápido… Si fueras Miguel, ¿tu acción cambiaría respecto al ejemplo anterior?

Antes de despedirme por hoy, quería destacar que lo que realmente es importante a la hora de tomar decisiones y actuar con nuestros peques, si nos cuestionamos si es respetuoso, si les estará ayudando…es realmente revisar nuestra conducta y desde dónde lo estamos haciendo. Si es desde el control y desde las ganas de condicionar para que hagan algo que queremos, no importa cuántas herramientas sepamos, cualquier consecuencia se puede tornar en castigo. Si tratamos de acompañar, de velar por el bien de todos y de aprender de los hechos, encontraremos la manera de conseguirlo y de no dejarnos llevar por el conductismo. Si tienes alguna duda o te interesa un tema en concreto, házmelo saber 💬 Estoy encantada de leerte 😊 ¡Hasta la próxima! 👋🏻