El dr Tronik explica tres circuitos que tienen lugar en nuestro sistema nervioso:

1. El sistema nervioso parasimpático se activa cuando nos sentimos seguros y en un entorno social agradable. Cuando estamos con familiares, o en clase en una situación normal… Estamos relajados, la respiración es constante y los músculos no están en tensión. Sentimos esa conexión social, como el bebé en la primera fase del experimento. Cuando nos vemos en una situación de peligro, como que de repente alguien sospechoso se acerca a intentar quitarnos la cartera, la primera respuesta que tenemos es la búsqueda de la empatía “por favor, no me hagas nada”. 

   
   

2. Sin embargo, en el momento en el que el cuerpo y nuestro cerebro inferior se empieza a poner en alerta, se activa el SN simpático. Los músculos se activan, sudamos, la respiración se agita, el corazón late más rápido… Y nuestro cuerpo experimenta una respuesta de lucha o huida, se prepara para pelear o escapar. 

Siguiendo con el ejemplo de la exposición, lo normal será que si nos toca salir a hacer una presentación, primero busquemos la empatía y centrar la mirada en las personas de la clase que nos generan confianza. Si nuestro sistema nervioso simpático se pone en marcha y hay un detonante que lo dinamite, como por ejemplo algún compañero riéndose cuando nos quedamos en blanco, nos quedarán ganas de huir y dejar de presentar, o de contestarle de manera agresiva algo así cómo “¿y tú de qué vas?”. 

Lo mismo sucede cuando nos vemos en situaciones en las que nos hemos desconectado de nuestros peques, los estamos riñendo por algo, y se huelen que va a caer un castigo… primero dirán “nooo, no lo volveré a hacer” buscando la empatía, y después o llorarán y se querrán ir, o se enfadarán y seguirán discutiendo diciendo que no es justo. 

3. Dentro del SN parasimpático, el Edward Tronik hablaba de la importancia del nervio vago, el cual nos ayuda a regular nuestras emociones y a calmarnos y volver a las situaciones de comodidad. Si hemos sido capaces de comenzar la presentación y nos sentimos medianamente cómodos, nuestro cuerpo se relajará un poco y podremos proseguir. Lo mismo sucede tras una discusión con alguien de nuestro entorno si hemos conseguido volver a la calma antes de llegar a puntos irreconciliables. Esto lo podríamos relacionar con la reconciliación de la mamá y el bebé en el experimento antes mostrado.

   
   

4. Sin embargo, desafortunadamente todas las situaciones no terminan así. En situaciones en las que hay abusos, en las que no se puede huir o luchar, o en relaciones donde no existe un apego seguro, cerebro y cuerpo se disocian o se desconectan, como en el caso de las violaciones, para intentar protegernos.

Personalmente, esta teoría me ayudó a poner en relación diferentes ejemplos (posibles atracos, malentendidos con conocidos, situaciones sociales estresantes…) para poder entender por dónde está pasando mi cuerpo y trabajar en la regulación emocional antes de llegar a actuar de manera instintiva o dejarnos llevar por la hiperestimulación. Una vez más, hago énfasis en la importancia de los vínculos sanos y de conocer nuestras reacciones para poder actuar desde la conciencia.

La semana próxima hablaremos sobre cómo seguir desarrollando la regulación emocional y haremos énfasis en la importancia de los sentidos. Si te ha gustado el post, agradecería que lo compartieras con alguien a quien pudiera ayudarle 📩  ¡Hasta la próxima! 👋