En todo este proceso, para mí, lo de menos es la temática que hayan escogido. Es cierto que hay siempre unos objetivos académicos que cumplir que hay que introducir de una manera o de otra, pero el resto de prácticas y dinámicas tienen mucho más peso por todo lo que llevan implícito que por la memorización final de los datos.

El otro día, hablando con la mamá de una amiga mía que también es profe, nos comentaba que en sus prácticas un profesor de matemáticas le dijo que enseñara a los niños/as cómo hacer integrales en la calculadora. Ella se quedó un poco parada al principio, pero luego él le dijo: “¿Cuántas veces en tu día a día vas a utilizar una integral? Sin embargo, ¿cuántas veces vas a usar una regla de tres?”. Utilizamos la regla de tres de manera instintiva todos los días e incluso varias veces. Aunque en un mundo utópico lo ideal sería que supieran hacer todo, es verdad que a la hora de cumplir con estándares, objetivos académicos y tiempos, una de las grandes prioridades es la aplicación a la vida real y la utilidad que vaya a tener. No es necesario conocer todas las palabras del mundo, pero será útil que alguien nos enseñe a utilizar un diccionario para poder consultar el significado de alguna cuando no lo sepamos. No tenemos que ser enciclopedias andantes, pero si practicamos una buena comprensión lectora y conocemos algunas fuentes fiables, podemos acceder a ellas cuando queramos profundizar sobre un tema. A partir de ahí, cuanto más azúcar, más dulce, por supuesto.

En el currículum español, la LOMLOE plantea dos tipos de competencias a desarrollar, claves y específicas. Las competencias clave fueron recomendadas por el consejo de la Unión Europea en 2018, y son desempeños que se consideran imprescindibles para que el alumnado pueda progresar con garantías de éxito en su itinerario formativo, y afrontar los principales retos y desafíos globales y locales. El marco de referencia identifica ocho competencias clave: competencia en lectoescritura; competencia multilingüe; competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería; competencia digital; competencia personal, social y de aprender a aprender; competencia ciudadana; competencia emprendedora, y competencia en conciencia y expresión culturales.

Las competencias clave citadas anteriormente se complementan con las competencias específicas, las cuales están más estrechamente recomendado con el contenido a enseñar. Son las situaciones o actividades organizadas en torno a (o cuyo abordaje exige el recurso a) contenidos básicos del área o materia en cuestión. Cuando se combinan y se trabaja desde la comprensión, se entrelazan para potenciarse.

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