Como puedes ver en la imagen, hay varios escalafones en la pirámide de la autoestima que nos determinan y ayudan a configurarla. Tenemos que conocernos, crear la imagen de lo que somos en referencia al resto de personas y a los diferentes ámbitos (laboral, familiar, escolar…) y a partir de ahí analizar si nos sentimos válidos, nos aceptamos, nos respetamos y nos queremos. En este proceso de búsqueda de identidad, los peques nos necesitan tanto de apoyo como de modelo de referencia a la hora de enfrentarse a su entorno, por lo que todo aquello que perciban y les transmitamos influirá en la percepción e imagen que creen sobre ellos mismos. La educación emocional es esencial en todo este proceso. Hablaremos sobre el efecto Pigmalión para que puedas llegar a ver lo importante que es nuestra aportación en la construcción de la identidad.

Cuando utilizamos adjetivos de manera repetitiva para referirnos a alguien, o nos anclamos en el “siempre” o en el “nunca”, hay cositas que van dejando huella y acotando las barreras de nuestro autoconcepto. Si pienso que soy una cobarde, poco a poco mis actuaciones cuando me enfrente a algo y las cosas que pasen, me van a llevar a actuar de cierta manera para reafirmarme en mi creencia y acrecentar las raíces. Imaginemos que Álex ha contado una mentira a sus papás porque no se atreve a admitir que perdió un cromo por la calle. ¿Crees que es lo mismo escuchar un “eres un mentiroso” que “no estás diciendo la verdad”? Si queremos desarrollar habilidades de vida y focalizarnos en reparar los errores, Somos humanos y tenemos polaridades: todos transitamos entre el orden y el desorden, la verdad y la mentira, la paciencia y la impaciencia… Por tanto, intentemos pensar cuando vayamos a decir algo que estamos actuando de cierta manera y no que somos de esa manera. Sentirse desalentados es una de las metas erróneas del comportamiento cuando piensan que son incapaces de llevar algo a cabo, lo que causa un daño difícil de reparar en su autoestima.

Volviendo al ejemplo de la película, Isabela tenía que mostrarse siempre educada, bella y perfecta, porque si no… ¿qué pensarían los demás de ella? Cuando somos muy duros con las expectativas que ponemos a los peques -e incluso a veces podemos llegar a volcar en ellos traumas de nuestra infancia, cosa que veremos en otro momento-, generamos presión porque los cumplan. Cuando yo era pequeña, era la típica alumna obediente en clase, y una vez en la que me cansé de ayudar a un compañero porque me enfadé, una profesora me dijo “Uy, ¿y eso a qué viene? Pero si tú no eres así.” La reacción no la recuerdo, pero seguramente o actué según se presuponía por cumplir con lo que se esperaba de mí, o me sentí culpable por no hacerlo “porque yo no era así”. También está la conocida frase de “esto no es típico en ti”. Todos tenemos límites, momentos de enfado, momentos en los que la paciencia no está del todo cargada… y no dejamos de ser más valiosos o menos por actuar de la manera que se espera de nosotros, lo que pasa es que es difícil construir el autoconcepto sin tener en cuenta la perspectiva de los demás. Al fin y al cabo, aprendemos a raíz de las reacciones que provocamos en ellos. 

En resumidas cuentas, la incondicionalidad y lo difícil está en aceptar a los demás tal y como son, actúen de la manera en la que nos gustaría o no, y sin juzgar ni catalogar en el “ser”. Cuando algo nos molesta es fácil inclinarnos hacia los extremos. Lo mismo con nosotros mismos: toda mi vida he sido (y me han dicho) torpe. Anclarme en ello y encontrarme repitiéndomelo cuando hago una de las mías no es manera de ayudarme a mejorarlo. Sin embargo, cuando pienso que “estoy” torpe un día o en un momento concreto, siento que no es permanente y que simplemente es un estado, lo que me ayuda a que no influya de forma tan negativa en mi autoconcepto y me da posibilidad de repararlo dentro de mi parcela de acción. 

Si te gustaría que analizáramos más mensajes que se encuentran en las películas y el impacto en los peques desde una perspectiva de la disciplina positiva, házmelo saber escribiendo un comentario o poniéndote en contacto conmigo.  Y si conoces a alguien a quien creas que puede resultarle de ayuda, agradecería que lo compartieras. Estaré encantada de leerte. 📩 ¡Hasta la próxima!  👋🏻