Cómo hacer mi propia tabla de rutinas

La tabla de rutinas pretende fomentar la autonomía y sentimiento de capacidad de los niños/as, al mismo tiempo que incentivar la implicación en casa y la participación en las tareas. Puede haber infinitas maneras de diseñarla: con fotos del proceso, añadiendo la hora, sin añadirla, con imágenes simples, con dibujos coloreados por los peques, con o sin texto, etc. Todas estas variables las tendremos en cuenta dependiendo de las capacidades y edad de nuestros niños/as. Sin embargo, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Es un proceso que se debe llevar a cabo con los niños/as. Cuando las normas se consensuan, tienen sentido para ellos y llevarán a cabo sus tareas con mayor motivación y sentimiento de responsabilidad. A partir de los 3-3,5 años, aproximadamente, se les puede tener en cuenta a la hora de introducir ideas y elaborarla. Es algo que también les ayudará en su planificación y secuenciación de ideas. Anteriormente se podría introducir para que se acostumbren a los pasos y las rutinas, pero no tienen capacidad de decisión sobre ello, viene estipulado por la familia. Si Emma ya tiene 6 años y estamos trabajando conceptos como el tiempo y las horas, podemos incluir el dibujo de un reloj al lado de cada acción. Si Diego tiene 5 y está empezando a leer, quizás podemos poner el soporte de algunos verbos para que vaya llamando su atención. Por el contrario, si es información a la que todavía no tienen acceso, quizás con fotografías es suficiente.

2. Se sugiere realizar una lluvia de ideas sobre las cosas a incluir, entre la familia, y después ordenar las tareas, pactando las normas entre todos/as y tomando decisiones consensuadas. Por ejemplo, podemos preguntar a nuestro peque: “¿qué cosas crees que tenemos que hacer al despertarnos?” Podemos anotar lo que dice, aportar más información si creemos que se ha olvidado de algo, y secuenciarlo juntos (igual tiene más sentido lavarse los dientes una vez se haya tomado el desayuno, por ejemplo). 
   
   Nuevamente, dependiendo de la edad, podremos dejar más margen o menos. Quizás es el momento de replantear los deseos de cada uno, si a alguien le gustaría iniciar una nueva actividad extraescolar, si queremos pasar más tiempo en familia, si hay algo que nos gustaría dejar de hacer…Pero si consideramos que por la seguridad en verano de Alma tiene que atender a clases de natación, quizás ahí no hay debate: podemos darle a elegir entre si hacerlo durante la semana o en el finde, o qué actividad llevar a cabo después de la lección, pero no la posibilidad de ir a natación o no ir. De todos modos, mi recomendación es comenzar por acciones básicas como rutinas de aseo personal por la mañana y por la noche, y poco a poco poder incluyendo extraescolares o tareas específicas de diferentes días. 
   
   

3. Una vez claro, construiremos la tabla de rutinas juntos. Lo elaborada que sea dependerá de nuestra actividad familiar, de la capacidad de comprensión de nuestro peque… Pasaremos de lo simple (una rutina matutina y una nocturna para que gane autonomía) a quizás compaginar una gran tabla con los horarios de toda la familia en el futuro.  Si empezamos muy fuerte… ¡qué agotamiento cuando no sé distinguir entre “ayer” y “mañana”! 😅

4. Como último punto a tener en cuenta, si nuestros peques nunca se han encargado de nada, debemos ser realistas y ver que aunque se acuerden unas normas no va a salir todo perfecto a la primera. Necesitaremos tiempo para poner todo en práctica y horarios realistas: no van a recoger una habitación llena de juguetes en 5 minutos como lo haríamos nosotros. Está en ellos el seguir practicando y en nosotros el intentar no rescatar y hacerlo por ellos la primera vez que se les resienta. Estamos ahí para alentaros, pero salvarlos de ello no les ayudará a aprenderlo. 

La manera de materializarlo es totalmente a gusto de cada familia, lo importante es acomodarla a la realidad y que sea útil. Ir a comprar los materiales juntos es casi más crucial que los materiales que se elijan. Por aquí pongo un ejemplo de las acciones que se podrían incluir, aunque particularmente creo que fotos de ellos siempre les hace sentir una especial implicación con sus tareas. Quizás cuando ya se hayan acostumbrado a realizarlo, se les puede retar a quitar todas las fotografías y que ellos las coloquen con velcro según lleven a cabo las acciones, dejar un recuadro para que lo tiquen cuando comprueben que lo han hecho, etc. ¡Toca dejar volar la imaginación!

Si leyendo el post te han surgido dudas o ejemplos sobre alguna situación a la que te gustaría darle solución, estoy encantada de leerte. Si te ha gustado la publicación, agradecería que le dieras like o lo compartieras con alguien a quien creas que pueda ayudarle. 📩 ¡Hasta la próxima!  👋🏻