¡Buenos días, feliz domingo! ☕  Hoy vamos a hablar de todo lo que hay detrás que no se verbaliza en la gestión emocional, de lo que implica nuestro lenguaje no verbal.

Rafa Guerrero hablaba de la heterorregulación (ayudar a los peques en los momentos de desregulación emocional) y de la posibilidad de contribuir a ella solo con la presencia. A veces, cuando nuestros peques lloran, queremos sacar todas las estrategias racionales que se nos pasan por la cabeza, para intentar que no “lo pasen mal”, para que nos lo expliquen, para hacerles entender… cuando a veces solo necesitan que les aportemos calma y entendamos que tienen sus tiempos y que son ellxs mismxs los que tienen que pasar por ahí. 

En el ámbito del lenguaje no verbal, los sentidos juegan un papel muy importante para ayudar a regular a los peques, por lo que tenemos que tener en cuenta lo siguiente para :

• La mirada. Así como las miradas de desaprobación o de amenaza pueden conseguir que inhiban su conducta por miedo o parálisis ante lo que intentamos decir, las miradas de acompañamiento y a su misma altura pueden ayudarlos a sentirse en casa y a expresar sus sentimientos. Las neuronas espejo funcionan en ambas direcciones, por lo que nuestra calma los ayudará a encontrar la suya.

Por otro lado, la mirada en sentido figurado, nuestra forma de ver y entender lo que les pasa, interpretar lo que sienten, hacen y piensan, son un punto clave para que establezcan un apego seguro.

• El tacto. El contacto físico puede ayudar a regular el sistema nervioso, especialmente en momentos de estrés, ansiedad o frustración. Los abrazos disminuyen el cortisol, la hormona del estrés, y ayudan a liberar oxitocina. El cerebro verde, el de la parte emocional, es reactivo y nuestra amígdala se hiperactiva con emociones desagradables o de defensa. 

En este punto es importante respetar las preferencias de cada persona, y leer las reacciones. Preguntarles si necesitan un abrazo es respetar y darles lugar a elegirlo.