A partir de los 3 añitos en adelante, hay una técnica bastante visual para peques que tienen rabietas más fuertes o mayor impulsividad, llamada la técnica de la tortuga. 🐢 Esta es un método de autocontrol de los impulsos y las emociones basado en la técnica de Marlene Schneider y Arthur Robin (1990). Esta consiste de tres pasos:

1. Convertirnos en tortuga, con la finalidad de detener la conducta reactiva. Tras haber hablado sobre nuestras emociones, sobre lo que nos enfada y sobre cómo reaccionamos, podemos enseñarles la “postura de la tortuga” para que físicamente se recojan en su caparazón y paren lo que iban a hacer. Por ejemplo: si Jorge tiene tendencia a arañar cuando se enfada y está en una situación en la que se ve que la ira empieza a apoderarse de él, en cuanto vemos que va a reaccionar así con algún compañero, podemos ayudarle a reconocerlo y decir “¡tortuga!”, para que tome consciencia y frene. Aquí hay un cuento que explica la técnica con un poco de apoyo visual, para que lo recuerden fácilmente.

   

2. Bajar el nivel de la emoción. Una vez haya parado y se haya recogido en sí mismo, se puede trabajar la respiración abdominal o cualquier técnica de relajación para que el cerebro racional vuelva a apoderarse de él. Hay trucos como el de decir que huelan una flor y luego expulsen el aire, o se imaginen que tienen un globo en la barriga, para recordarlo.

   
   

3. Focalizarnos en la resolución del problema. Ya más en frío, podemos orientar al peque con preguntas como “¿cuál era el problema que te hacía estar enfadado/a?”, “¿qué crees que podemos hacer?”, “¿crees que si pedimos el objeto por favor nos lo dejarán un ratito?”.

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Al principio, si el nivel de impulsividad es alto, necesitarán mucha orientación por nuestra parte y que no dejemos pasar las situaciones por alto. Si utilizamos esta técnica para que simplemente se aparten y luego no hablamos sobre el problema, les estaremos pidiendo que inhiban sus emociones y lo verán como algo negativo, pues para ellos es un esfuerzo no poder expresarlas como instintivamente reaccionarían. El objetivo final es que sean capaces de llevar a cabo todo este autocontrol para redirigir las energías a algo positivo, que es solucionar el problema. Según lo van trabajando y se van sintiendo capaces, la autoestima y la capacidad de gestión va mejorando, pues la frustración al no poder controlar su cuerpo por las emociones que están sintiendo no ayuda al control emocional.

La técnica de la tortuga es similar al tiempo fuera positivo, una técnica de disciplina positiva sobre la que hablaré la próxima semana, si te interesa. Si te ha gustado el post, agradecería que lo compartieses con alguien a quien pudiera ayudarle. 💚  Estaré encantada de leerte. 📩 ¡Hasta la próxima!  👋🏻