Por su parte, Rudolf Dreikurs también resaltó la importancia de la percepción del niño sobre su posición en la familia y la comunidad. Él entendía que el comportamiento problemático podía surgir cuando los niños buscaban atención o poder en situaciones en las que se sentían impotentes, haciéndose conocida su frase de “no hay niños que se portan mal sino niños desalentados”. Veremos cómo cambia este enfoque nuestra manera de entender el comportamiento. Dreikurs señaló que las creencias erróneas del niño sobre sí mismo y su entorno eran un factor crucial en la aparición de problemas de comportamiento y autoestima. Su enfoque terapéutico se centraba en ayudar al niño a cambiar estas creencias negativas y a desarrollar un sentido de responsabilidad y pertenencia positiva en su entorno familiar y social.

En conclusión, tanto Adler como Dreikurs reconocieron la importancia de la percepción y las creencias de los niños en su desarrollo y comportamiento, y lo vamos a intentar entender un poco mejor para conseguir un desarrollo psicológico saludable y una formación de la personalidad positiva en los niños. 

Hasta aquí hemos podido ver un par de cosas: todos tenemos nuestra realidad subjetiva en base a lo que pensamos, sentimos y decidimos, y el comportamiento de nuestros peques parte de este proceso de toma de decisiones. Este se puede dividir en cuatro pasos:

Imaginemos a Andrea, una niña de 6 años, quien ha notado que en los últimos meses su mamá ha estado muy ocupada y ha tenido que asistir a muchas citas médicas. También ha escuchado a sus padres hablar sobre la llegada de un bebé nuevo a la familia. Andrea ha estado entusiasmada por la idea de tener un hermanito o hermanita, pero al mismo tiempo, ha notado que sus papás pasan menos tiempo con ella y que a veces se siente un poco desplazada. Un día, el bebé finalmente nace y Andrea nota que sus papás están muy ocupados cuidando al recién nacido. A veces, cuando intenta acercarse al bebé, le dicen que sea más suave o que espere su turno. En una ocasión, Andrea se niega a dormir temprano y se da cuenta de que sus papás le prestan más atención cuando hace eso. Analicemos esta situación:

1. Percepción. Andrea se ha dado cuenta de que a la nueva persona que está en casa le prestan atención y le ayudan a hacer cosas para las que a ella no la ayudan: lavarse los dientes, preparar algunos de sus juguetes, comer, dormir...  A los peques veremos que la percepción es el paso que mejor se les da. Si sueles estar en contacto con niños/as, verás la facilidad que tienen para percibir un cambio de energías o preguntarte si estás triste. Ahora prestemos atención al resto de pasos…

   
   

2. Interpretación. Hasta este punto, la autonomía de Andrea había sido captada como una habilidad que a los papás les hacía felices, y tenía su atención de manera positiva por ello. Sin embargo, inconscientemente está viendo que si necesitara más ayuda, tendría más caso por parte de mamá y papá, porque su hermanito lo está consiguiendo así. El mensaje de “si dejo de irme a dormir a la primera, igual se pueden quedar conmigo más tiempo” tiene todo el sentido del mundo mezclado con sus emociones de nostalgia y de querer la exclusividad que tenía antes.

   
   

3. Creencia. Se va desarrollando la creencia en su mente, basada en la percepción y en la interpretación, de que para poder tener la atención de papá y mamá, Andrea tiene que dejar de hacer cosas que antes sabía hacer. ⚠️ Así como percibir se les da muy bien, las creencias que se van desarrollando pueden ser erróneas. Veremos las metas equivocadas que mencionaba Dreikurs. 

   
   

4. Decisión. En base a los puntos anteriores, Andrea decide empezar a reclamar la atención y compañía de papá o mamá a la hora de ir a dormir. Esta decisión depende de la lógica privada de cada persona y reforzará las ideas para seguir repitiendo patrones en el futuro, lo que podría extrapolarse a no querer comer si ve un cambio de comportamiento en la reacción de sus progenitores, incluso hacerse pis encima. 

   
   

Aunque cuando estamos eclipsados por el cansancio, abrumados por tener que gestionar a dos, nos entren ganas de gritar porque Andrea “no está colaborando”, ver más allá y entender de dónde nace el comportamiento nos hará actuar de manera que haga que las cosas vuelvan a su orden, en lugar de enfadarnos, gritar, mostrar rechazo…y aumentar esta creencia o miedo de que igual hemos dejado de quererla. Es una niña, y la mayoría de actuaciones que lleva a cabo son porque quiere sentirse perteneciente a su familia.

Entender el origen de la conducta es la clave para todas las actuaciones que podamos llevar a cabo después. Si quieres empezar a entender lo que hay detrás y desarrollar una crianza consciente, te invito a inscribirte a un hilo de emails (si no lo has hecho aún 🤭 ) que explican estos conceptos y muchos más, sobre cómo educamos, por qué, y qué cosas nos podrían ayudar a cambiar estas ideas.

¡Si te ha gustado, agradecería que lo compartieras con alguien a quien le pueda ayudar! ☺️  ¡Hasta la próxima!👋