¿Cuál es el origen de esta propuesta? María Montessori descubrió, durante sus observaciones y al poner en marcha la primera Casa dei bambini, que las tendencias humanas (predisposiciones a actuar de cierta manera) a las que nos inclinábamos los seres humanos eran las siguientes: orientación, orden, exploración, autocontrol, auto perfección, repetición, imaginación, abstracción, conceptualización, trabajo, manipulación, movimiento, perfección, comunicación y pensamiento matemático.

Pese a su asombro inicial, descubrió que cuando a un peque le das a elegir entre un juguete o un objeto real, elegiría el objeto real, pues se mueve por satisfacer la necesidad de trabajo. Dime que no estás pensando ahora mismo en alguna vez que has pensado que ibas a regalarle el juguete del año y ha preferido la caja de cartón en la que iba. 😜 O cuando tienen su set de limpieza todo equipado y siguen prefiriendo tu escoba, la cual les es imposible de manejar por estatura. 

La infancia y la mente absorbente

Recordemos también que todo lo que aprenden (etapa de la mente absorbente) y su cerebro retiene, es a partir de las manos. Por ello, cualquier aprendizaje experiencial y sensorial va a ser mucho mejor registrado e interiorizado que si solo aprenden a partir de la vista. En otras palabras, hasta que no se tiren el zumo por encima unas cuantas veces y comiencen a medir poco a poco cuándo dejar de volcar la jarra, no importarán nuestras palabras previas. 🥛

Montessori y los periodos sensibles

La tendencia humana de la manipulación y la repetición es una característica que se combina con el periodo sensible (época en la que están más abiertos a una habilidad en concreto) del orden, por lo que el interés que tienen por seguir los pasos al dedillo, mirar hasta la última gota que cae del vaso, cerrar el velcro de las zapatillas perfecto antes de seguir, dejar los dos zapatos exactamente simétricos antes de ir a siesta… les ayuda a secuenciar, seguir practicando, desarrollar la concentración… hasta que se convierten en maestros. Con todas estas actuaciones persiguen la auto perfección. 

Estas ideas de tendencia humana y de enfocar nuestras acciones hacia un fin, coinciden con los principios de la disciplina positiva que descubrieron Adler y Dreikurs. A cada acción de nuestros peques, como decía este segundo autor, debemos intentar pensar “soy un/a niño/a y quiero pertenecer”. Quiero sentirme capaz y limpiar cuando papá o mamá estén limpiando, aunque ellos sepan que la primera vez les tocará limpiar todos mis deditos en el cristal después. Soy un/a niño/a y quiero pertenecer, y necesito sentirme capaz para seguir desarrollando mi autoconcepto. 

Aplicar Montessori en casa

¿Cuáles van a ser los beneficios de trabajar actividades de vida práctica en casa? En primer lugar y a corto plazo, la implicación de los peques y el sentirse involucrados en la unidad familiar les va a hacer sentirse capaces y pertenecientes, por lo que el deseo de participar irá en aumento. Su parte consistirá en esforzarse por realizar las tareas, y la nuestra en diseñar el ambiente y aprender a frenar nuestros impulsos. Soltar y confiar. Se van a derramar vasos, va a tocar sacar la fregona más de una vez, y se van a manchar la ropa, pero… ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Estoy ayudando a mi peque a que desarrolle sus habilidades de vida? 🧘🏻‍♀️

A más largo plazo, mayor independencia y autonomía les está ayudando a desarrollar su pensamiento crítico y la búsqueda de soluciones. El hecho de ver reacciones sin culpabilizar en nosotros también va a fomentar que se focalicen en reparar los errores y aprender de ellos. Hablaremos, más adelante, de la diferencia entre ayudar y rescatar. Nuestras reacciones les dan mucha información sobre cómo enfrentarse a futuras situaciones. Si Héctor tiene miedo a ponerse agua por si al salirse va a recibir un grito, no reaccionará de la misma manera que si ve que lo normalizamos, le preguntamos “¿qué podemos hacer para solucionarlo?” y le mostramos dónde tiene los trapos para poder recogerlo. 

También veremos más en detalle qué son las consecuencias naturales y cómo aplicar esta herramienta, pero básicamente, cuanta más independencia y libertad tienen, tomarán decisiones más meditadas y con menor esfuerzo, y habrá también menos lugar a conflictos: si sé que me toca poner la mesa y estoy acostumbrado a hacerlo, no debería ser un problema, pues sé que tengo esta responsabilidad y contribuyo en mi unidad familiar; sin embargo, si de normal alguien recoge la habitación por mí y de repente, el día que más desordenada está, me piden que lo haga yo sola… probablemente me frustre porque no sepa enfrentarme a la magnitud de la situación. 

Una de las consecuencias naturales más explícitas está relacionada con el tiempo. Me olvido de mi chaqueta > salgo a la calle y me doy cuenta de que hace frío. Para evitar esto, poco a poco pueden hacerse dueños de elegir la ropa, empezando por elegirla conjuntamente con los papás, hacer conjuntos y elegir entre dos, recibir ayuda haciendo hincapié en las estaciones y la temperatura… así hasta poder salir al balcón a comprobar qué día hace o mirar la previsión del tiempo para saber si podemos elegir sandalias o botas de agua. Con todas estas pequeñas decisiones se entrena la previsión, anticipación y organización. 

En resumen, las actividades de vida práctica dan autonomía y refuerzan el sentimiento de capacidad y contribución, tan importantes para hacernos sentir bien y aumentar nuestras ganas de trabajar por y para un bien común. Si te interesa, podemos comentar en próximos posts ciertas ideas para acondicionar el ambiente y prepararlo para generar esta autonomía. Si tienes dudas sobre cómo abordar un caso y necesitas ayuda, estaré encantada de contribuir! 📩 ¡Hasta la próxima!  👋🏻

📚Referencias bibliográficas:

Montessori, M (1956). Las tendencias humanas, Association Montessori Internationale, pág. 27 a 39)