Navidad es tiempo y cariño

Para mí, la Navidad es un momento en el que me puedo permitir hacer lo que más valoro con las personas que me rodean, y a lo que siempre le doy importancia en la crianza: tiempo y cariño. Tengo la suerte de ser docente y tener vacaciones, lo que me permite poder estar con mi familia y mis sobrinos en esos días, y también tengo la suerte de preparar y vivir toda la ilusión previa de todos los peques que lo celebran con nosotras y con sus familias después.

Poco a poco he ido entendiendo que la Navidad significará para mí lo que yo quiera que signifique. No hay que comparar con años anteriores ni tener siempre las mismas expectativas, la vida es dinámica y es algo que todavía cuesta mucho entender. 

A día de hoy, hemos ido incorporando algunas tradiciones que pienso mantener en el tiempo, pero igual dejan de tener sentido y la situación en el futuro cambia: y está perfectamente bien. Que nos quiten lo bailao’. Me gustan las manualidades, por lo que para mí sacar el tiempo (o saber que alguien lo ha sacado) para regalar algo personalizado es una muestra de amor. Puede que haya gente que valore más el esfuerzo económico, que odie regalar porque se sienta inútil eligiendo cosas, o que no comparta el hecho de entregar un presente en una fecha determinada. Y también está totalmente bien. 

A lo que sí que me gustaría invitarte es a crear un recuerdo para alguien. No tienes por qué llevar el postre si no te gusta cocinar o no tienes tiempo, no tienes por qué hacer regalos por compromiso, no tienes por qué ser el alma de la fiesta… pero en el momento en el que decides poner tu esencia en algunas de las acciones es cuando empiezas a tomar iniciativa sobre cómo te gustaría vivir tu Navidad. Y ahora…

¿Qué es la Navidad según Montessori?

En muchos sitios, incluido un post en el que hablaba el año pasado sobre los regalos y sobre el síndrome del peque hiperregalado, se habla sobre qué es Montessori y qué no lo es. Y, como siempre, a mi parecer a veces nos quedamos en la polémica superficial de la fantasía. Empezaré con este punto:

Montessori y la fantasía

La doctora, particularmente, era una persona muy religiosa, por lo que supongo que sus tradiciones serían las tradiciones cristianas de la época en la que vivió. Más allá de eso y de que no pudo llegar a conocer el “creo que mi padre es un elfo” del Corte Inglés, el Black Friday y toda la parte del consumismo, ella se caracterizaba por la rigurosidad científica y por no estar a favor de las historias fantasiosas, sobre todo en la primera etapa de la infancia en la que los peques todavía no son capaces de distinguir ficción y realidad.

Ups, problemón, porque justo son esas edades en las que habla de la existencia de Papá Noel o del Ratoncito Pérez. A partir de comentar este tema con muchas personas, se planteaban preguntas como: “¿Entonces no les dejamos tener la ilusión?”, en el sentido de decidir por los peques. “¿Pero tan malo es?”, “Nadie se ha traumatizado al contarle que los Reyes Magos son los padres”... versus otras como “No van a valorar los regalos porque vienen de seres mágicos”, “Se hacen caprichosos porque quieren más y más”, “Esto solo fomenta el consumismo…” Y sí, como toda moneda con dos caras, al final tomar una decisión u otra implica ciertos detonantes para tener unos comportamientos diferentes. Sin embargo, dejando el tema de la fantasía e imaginación aparte, creo que una Navidad “Montessori” podría ser…

Preparar el ambiente

De qué nos sirve que el árbol tenga las luces y los espumillones perfectamente preparados si no hemos dejado que los peques metieran la mano en decorarlo, no fuera que estropeasen nuestra creación…

Es importante crear un ambiente en el que todos sientan que contribuyen, o que pueden añadir decoraciones, escoger cosas juntos… a la par que vemos las necesidades de ese año. Si tenemos un bebé de 14 meses que está empezando a andar y a cogerse de los muebles, igual el jarrón de porcelana es mejor que decore la parte superior de las estanterías. Y si tenemos a peques que se saturan con el tema de ruidos, luces y colores… no es mejor ni peor mantenerlo minimalista.

El uso de la Navidad para amenazas y premios

Algo que no comparto para nada es cuando ponemos la importancia en si existen o no, pero utilizamos el tema de la imaginación para manipular los comportamientos de los peques en el sentido de “te están observando”, “pórtate bien porque si no no te van a traer nada”, “te van a traer carbón”, y todas estas perlitas.

Esto no, no es para nada Montessori, porque en teoría los peques se merecen lo mismo independientemente de cómo se comporten. Si decidimos llevar a cabo la tradición, no es para tenerlos amenazados durante un mes o para recurrir a estos recursos cuando no tenemos herramientas personales para lidiar con los problemas.

Tampoco lo hacemos con la perspectiva de que sean premios, sino que si son seres mágicos podemos tratar de fomentar el respeto, el agradecimiento y montarlo según las necesidades, sin sobrepasarnos, montar algo completamente fuera de lugar y usarlo como vía para controlar su comportamiento. 

Prioridades y regalos “Montessori”

Aparte de la conocida regla de los 4 regalos, si queremos fomentar valores como la independencia, el respeto, la diversidad… todas aquellas propuestas que consistan en experiencias como ir al teatro, juguetes o utensilios de calidad o hechos a partir de materiales reciclados, objetos reales para peques que les permitan limpiar o cocinar de verdad y no solo a partir del juego… serán buenas opciones.

En resumen, con el paso de los años, todos valoramos el tiempo que ciertas personas han invertido en nosotros y los momentos que favorecen esa conexión. Teniendo todo lo que hemos comentado en mente… espero haberte hecho reflexionar un poquito y tener más clara tu escala de valores y lo que te gustaría transmitir a tus peques. Ahora, ¡a disfrutar de la Navidad!